LA CUEVA
Cuando estábamos muy cerca de la cueva al monitor
que iba con nosotros, se le olvidó los arneses en su casa y tuvimos que esperar
dentro de la cueva. Cuando llegó, nos pusimos los arneses. Después tuvimos que escalar una montaña.
Cuando llegamos a la cueva por donde se entraba, era un hueco formado en la
piedra.
Cuando entramos, nos pusimos unos cascos con
linternas, nos atamos unas cuerdas que eran de color rojo y muy gruesas y
empezamos a bajar por dentro de la cueva, aproximadamente bajamos unos 100 o
150 metros.
Cuando llegábamos al suelo estaba muy resbaladizo, así
que nos sentamos y nos deslizamos.
Nos pusimos a pasar por un agujero por el que casi
no cabíamos. Estaba todo lleno de barro y hasta vi algunos bichos por el suelo
y las paredes.
Vimos algunos minerales muy bonitos, unas
estalactitas en el techo, pero por desgracia estaban partidas casi todas. Luego
tuvimos que escalar un muro.
Cuando lo escalamos había un largo camino, por
desgracia cada vez se hacía más pequeño, así que mis padres se quedaron atrás.
Cuando volvíamos vimos cacas de los murciélagos olía muy mal. Al volver yo me caí
escalando, pero por suerte no me hice nada. Íbamos por un camino diferente al
de ida. Teníamos que pasar a gatas y tumbados por un a ranura de la roca. ¡Lo
conseguimos! Vimos muchos murciélagos (por fin), pero los vimos. Cuando salimos, el sol nos
hacía daño a la vista. Y dije, claro después de estar tres hora en la cueva era
normal.
Al volver a casa nos quedamos a comer en un
restaurante.
Me encantó la cueva ¡ Adios hasta la próxima!